Un paseo por Carnota fue suficiente para verla,
un baño entre mareas para saber
que ninguno era indiferente a las huellas en la arena
que marcan el camino a dos jóvenes destinados al querer.
Miradas furtivas en esos primeros días
antes de buscarla en cada ola
y sus primeras palabras, tan tímidas,
de esa boca que me hipnotizaba.
Sólo fue una semana en Galicia
de estrellas, mar y mil miradas,
de silencios que decían más que cualquier palabra,
más que el roce de sus manos
caminando por mi espalda
y sus labios susurrando "bésame".
Pero se fue con la marea de la mañana
de vuelta a París, dejándome en la playa
sin sus huellas en la arena, si nadie a quien seguir..
No le pedí que me esperara,
mucho menos que me diera los besos
que aún nos faltaban.
Ya sólo es ese sueño de la playa de Carnota
que recuerdo cuando asoma a mi ventana
la ilusión de aquella sombra que una vez vi en la arena
acercándose desde París.
Dafnée
El escritor desahuciado
Caminante de la vida. Escritor de pasos, cantante en los senderos.
viernes, 1 de noviembre de 2013
jueves, 25 de abril de 2013
Horizontal
Creo firmemente en el mar de tus ojos,
la seducción de tus caderas (en la horizontal).
Prometo volar hasta el origen de las mareas,
conquistar el final de las playas de la razón
mientras confundo caricias con el tacto de tu brisa.
Odisea de segundos, los que estoy sin ti.
Viaje por el infierno hasta llegar a mi país (tu cuerpo).
Náufrago en un colchón vacío, desnudo.
Abrázame, arráncame la piel a besos,
desnúdame con prisas el alma,
que tiene ganas de salir y sentir
en tu pecho la libertad.
la seducción de tus caderas (en la horizontal).
Prometo volar hasta el origen de las mareas,
conquistar el final de las playas de la razón
mientras confundo caricias con el tacto de tu brisa.
Odisea de segundos, los que estoy sin ti.
Viaje por el infierno hasta llegar a mi país (tu cuerpo).
Náufrago en un colchón vacío, desnudo.
Abrázame, arráncame la piel a besos,
desnúdame con prisas el alma,
que tiene ganas de salir y sentir
en tu pecho la libertad.
jueves, 4 de abril de 2013
Cuando llueve
Corre, huye, escapa de este mundo
que no está hecho para ti, que no sabes ser feliz, sola.
Tu futuro en los brazos de otro hombre
a quien no le pones cara y mucho menos nombre,
no te importa nada mientras haya unas manos que te toquen.
Te recuerdo, desde lejos, y te extraño
en las tardes de domingo, cuando llueve.
Me paseo por los parques, nuestro banco
abandonado, reflejo de nosotros hace años.
Y es que duele tu recuerdo en cada calle,
las caricias en el aire de un amor que ya murió
sin saberlo. Hace tiempo, mucho tiempo...
Y corro, huyo. Escapo de ese mundo
que es tu piel y la rutina carcelera,
ladrona de suspiros, asesina de un amor.
Adiós, me voy lejos de ti.
No me juzgues, por favor,
sólo busco ser feliz.
(Por fin ya no duele)
(Por fin ya no duele)
miércoles, 27 de febrero de 2013
Llegaste
La almohada me vuelve a preguntar
"¿cuándo conoceré a esa chica
que me enseñas en tus sueños?"
Yo me quedo sin palabras
y contigo en la punta de la lengua.
Respondo un "mañana llegará"
Y esa noche no dormí
volviendo a contar a las luciérnagas
la historia de tus besos,
la vida que me diste en Montjuïc.
Pisaste Madrid y llegó la primavera,
en mis brazos florecieron mil caricias para ti.
Me tumbo al calor de tu cuerpo, oliendo tu pelo,
Y tiemblo si siento tus dedos rozarme...
Subido a tus caderas toco el cielo,
Convirtamos esta habitación en París
domingo, 21 de octubre de 2012
Oigo risas
Oigo risas al levantarme
pero no son de esta casa.
Te fuiste y te llevaste la alegría de este cuarto
dejando una nota desafinada, tu recuerdo y una botella de ron.
Eras el sueño de una vida caducada,
la esperanza de una batalla perdida,
y te convertiste en una noche
en la decepción que maquillaba mi cara.
Pasaron años, y con ellos las sirenas
con su sexo y sus labios
que amargaron el sabor de tus besos
y endulzaron el del amor.
Un día llegó la reina de mis mares
y destruyó tus castillos sin historia
marcando mi playa con su bandera,
dejando sus huellas en la arena,
regalándome felicidad, alejándome el ron.
Oigo risas en mi vida,
vienen de esta habitación.
pero no son de esta casa.
Te fuiste y te llevaste la alegría de este cuarto
dejando una nota desafinada, tu recuerdo y una botella de ron.
Eras el sueño de una vida caducada,
la esperanza de una batalla perdida,
y te convertiste en una noche
en la decepción que maquillaba mi cara.
Pasaron años, y con ellos las sirenas
con su sexo y sus labios
que amargaron el sabor de tus besos
y endulzaron el del amor.
Un día llegó la reina de mis mares
y destruyó tus castillos sin historia
marcando mi playa con su bandera,
dejando sus huellas en la arena,
regalándome felicidad, alejándome el ron.
Oigo risas en mi vida,
vienen de esta habitación.
viernes, 19 de octubre de 2012
Amanece
Creo que el amor son como dos gotas de agua
que se unen para formar una burbuja
aislada de la entropía del mundo,
frágil como una copa de cristal
al borde de una mesa en año nuevo.
Y nuestra copa cayó derramando todo el vino,
rompiendo el carmín de la orilla en mil pedazos
que me cortaron las manos y las alas,
enrojeciendo de vino el suelo
en el que yacimos tú y yo ayer.
Vete y llévate contigo los gemidos,
los besos, los abrazos, mis latidos.
También los suspiros de esa tarde en la playa,
la arena del reloj de nuestro tiempo acabado.
Vete, y vuelve cuando estés dispuesta a quererme.
Llega la primavera, amanece...
No te he vuelto a ver.
que se unen para formar una burbuja
aislada de la entropía del mundo,
frágil como una copa de cristal
al borde de una mesa en año nuevo.
Y nuestra copa cayó derramando todo el vino,
rompiendo el carmín de la orilla en mil pedazos
que me cortaron las manos y las alas,
enrojeciendo de vino el suelo
en el que yacimos tú y yo ayer.
Vete y llévate contigo los gemidos,
los besos, los abrazos, mis latidos.
También los suspiros de esa tarde en la playa,
la arena del reloj de nuestro tiempo acabado.
Vete, y vuelve cuando estés dispuesta a quererme.
Llega la primavera, amanece...
No te he vuelto a ver.
martes, 24 de julio de 2012
Como un juguete sin niño
Como un océano sin agua, o un desierto sin arena.
Como un pajar sin aguja y sin el iluso que la busca.
Como un charco sin pisar un domingo antes de una cita.
Como un corazón sin latido. Como un juguete sin niño.
Así estoy yo cada vez que te doy un beso
y me despido de ti, y me quedo sonriendo
mientras lloro por dentro,
mientras grito a Dios en silencio
que invente el día en el que no te debas ir.
Como una guitarra sin cuerdas, o una meta sin carrera.
Como un cuento sin princesa, ni dragón, ni moraleja.
Como una noche sin abrazos, sin el roce de unos labios.
Como un sueño encarcelado. Como un perro sin su amo.
Así estoy yo cada vez que te doy un beso
y me despido de ti, y me quedo sonriendo
mientras lloro por dentro,
mientras grito a Dios en silencio
que invente el día en el que no te debas ir.
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