lunes, 27 de febrero de 2012

No quedan sirenas

Llevo veintiún años navegando en mi barco a la deriva,

sin buscar un puerto fijo ni encontrar un embarcadero donde amarrar.

He visto playas con huellas en la arena, barcos sin capitán,

velas sin tela y yates en el fondo del mar.

He disfrutado de atardeceres, de acostarme con las estrellas

y estrellarme al amanecer. He pescado botellas

vacías de mensajes. He encontrado llaves de camarotes

que nunca llegaré a visitar.



Pero no quedan sirenas que besar, ninfas a las que amar,

tan solo hay delfines que vienen, juegan y se van.

Hay muy pocas aguas cristalinas para nadar,

a veces hay que conformarse con la oscuridad

sin saber a dónde irás o si llegarás.



He visto gaviotas volar y he envidiado su libertad.

He visto nubes reír y al cielo llorar.

He visto tu reflejo después de que lo rompieran las olas del mar.






miércoles, 22 de febrero de 2012

Menos de dos días

Desterrarte de mi vida, de mi alma, de mi mente.
Expulsarte hasta la estrella más cercana que no sea el Sol.
Borrar todos mis recuerdos de ti, como si no hubieses existido.

Olvidar el sabor de tu mirada, los colores de tu risa,
el calor de tus labios, la dulzura de tus caricias, las mentiras de tus "te amo".
Si acaso recordad que la importancia de un amor son menos de dos días,
los que tardaste en decir a otro, con los labios y sin palabras "quiereme".

Quiero coger tu supuesto amor y hacerle una autopsia
para descubrir todos tus engaños y saber así lo poco que importaba (menos de dos días).
No quiero odiarte, porque odiarte sería recordarte
y recordarte sería olvidar la palabra libertad...



( A la que siempre recordaré )




sábado, 18 de febrero de 2012

Arena y mar

Sin darme cuenta fui dando pasos y me perdí,


ya no distingo la verdad de la mentira, la sinceridad de la hipocresía,


el matiz de tus palabras y las palabras de tus gestos.


Confundo el verbo querer con el verbo amar.


Ya no sé que es juego y que real, que es posible y que es soñar.


Es tan fina la línea que separa la arena del mar...




Cada día un paso más sin saber la dirección,


sin saber cuál es la senda que persigo,


borrando las huellas para olvidar el camino.


Ya no sé si merece la pena descansar,


sentarme a esperar sin saber que llegarás,


cada vez estás más lejos, casi ni te siento.


El viento ya no trae tu aroma,


el mar tiró tu castillo de arena,


parece que el amor me gastó una broma.