viernes, 1 de noviembre de 2013

La sombra de París

Un paseo por Carnota fue suficiente para verla,

un baño entre mareas para saber

que ninguno era indiferente a las huellas en la arena

que marcan el camino a dos jóvenes destinados al querer.


Miradas furtivas en esos primeros días

antes de buscarla en cada ola

y sus primeras palabras, tan tímidas,

de esa boca que me hipnotizaba.


Sólo fue una semana en Galicia

de estrellas, mar y mil miradas,

de silencios que decían más que cualquier palabra,

más que el roce de sus manos

caminando por mi espalda

y sus labios susurrando "bésame".


Pero se fue con la marea de la mañana

de vuelta a París, dejándome en la playa

sin sus huellas en la arena, si nadie a quien seguir..

No le pedí que me esperara,

mucho menos que me diera los besos

que aún nos faltaban.


Ya sólo es ese sueño de la playa de Carnota

que recuerdo cuando asoma a mi ventana

la ilusión de aquella sombra que una vez vi en la arena

acercándose desde París.



Dafnée


No hay comentarios:

Publicar un comentario